San Juan del Río, Qro. 30 octubre 2017.- Esta rica y azucarada tradición se remonta a la época de la conquista, donde el sincretismo cultural erradicó los rituales con sacrificios humanos, para agradecer a los dioses los favores recibidos, hasta convertirla, hoy en día, en uno de los componentes más significativos en las ofrendas a los Fieles Difuntos.
La figura del pan de muerto es para representar, de una manera pintoresca, a la muerte, de tal manera que, principalmente, su forma es redonda, donde dos filas de huesos atraviesan el mismo y arriba en el centro una bolita de masa que representa el cráneo, es decir, la representación de un esqueleto. Es uno de los principales elementos en todo altar de muerto, además de que es un alimento muy demandado y consumido en diversas las reuniones sociales de todos los niveles sociales en el Día de Muertos.
La preparación es sencilla, aseguran los maestros panaderos José Antonio Santiago y Valentín González; explican que el arte de la elaboración comienza en la preparación de la masa, la cual puede estar fermentada en una hora y media; aunque ellos prefieren dejarla un poco más de tiempo para que obtenga su firmeza y el sabor necesario, además de poner a calentar el horno a una temperatura promedio de 180 a 185 grados centígrados.
El pan es elaborado por sus manos expertas, mismas que dan forma a los huesos y al cráneo, muy sencillo de preparar, aunque la importancia de su tamaño radica precisamente en dejar reposar la masa, por ello, es que en tan solo 15 minutos de horneado, se obtiene un pan esponjoso, consistente y suave, el cual es pasado por un barniz de mantequilla para que la azúcar se adhiera al mismo, formando una capa muy dulce y una presentación única, la cual se puede comer solo o acompañado de diversas bebidas tradicionales como el atole, chocolate, café entre otras.
Algunos panaderos espolvorean con canela, anís, colorantes naturales como rosa, rojo, morado o amarillo, para darle un toque personalizado al mismo. Además puede ser relleno con fruta, chocolate y queso, aunque se prefiere conservar el pan tradicional.
El Pan de Muerto, se consume durante una corta temporada, es de precios accesibles en sus diversos tamaños y es producido por la mayoría de las panaderías de la región.
Agradecimiento especial a Panadería Calabria, en San Juan del Río, por las facilidades para la realización de esta nota.