San Juan del Río, municipio ubicado en el estado de Querétaro, tiene una rica y fascinante historia que se remonta a 400 años antes de Cristo
San Juan del Río, municipio ubicado en el estado de Querétaro, tiene una rica y fascinante historia que se remonta a 400 años antes de Cristo. Los primeros habitantes fueron grupos Otomíes con ascendencia de Chupícuaro, quienes se dedicaban a la pesca, caza y recolección. En la orilla del río se han encontrado vestigios que indican el remoto asentamiento de esta cultura.
Los Otomíes, una de las culturas más antiguas de la Altiplanicie, descubrieron el maíz, el frijol, la calabaza y el maguey, lo que los llevó a agruparse en la región en torno al cerro Techimacit (hoy Barrio de la Cruz). Por la cañada que forma el lecho del río, construyeron sus casas formando el poblado que llamaron Iztacchichi-Mecapan, que significa tierra blanca de Chichimecas (hoy San Juan del Río), cuyo cacique era Mexici.
La colonización del Norte y el Occidente de la Nueva España comenzó en San Juan del Río, cuando el Capitán General de entradas, Don Nicolás de San Luis Montañés, encabezó un numeroso ejército de gente de Xilotepec, llegando a este lugar en la mañana del 24 de junio (“El mero día de San Juan”) del año 1531 para fundar un nuevo poblado: Pueblo de San Juan del Río, en nombre de Dios Nuestro Señor del Cielo y de la Tierra.
San Juan del Río se convirtió en paso obligado para quienes transitaban al Norte y Occidente del territorio de México, situación que le favoreció de manera importante ante el hecho de que todas las caravanas se detenían en este punto para descansar y abastecerse de provisiones. Esto, a su vez, propició el auge económico y social de la zona.
En el siglo XVI, Fray Sebastián de Aparicio promovió la construcción de un puente en la parte más angosta del río debido a las constantes crecientes que dificultaban el paso de las caravanas. Fue hasta principios del siglo XVII que, por orden del Virrey Don Diego de Velasco, se edificó dicha obra. En 1711 se construyó el magno puente que hoy se conoce como “Puente de la Historia”.
San Juan del Río también fue un escenario relevante para la causa de la insurgencia nacional durante la Guerra de Independencia. Desde aquí partieron al frente del Ejército Imperial de las Tres Garantías, con la asistencia del General Guadalupe Victoria, Anastasio Bustamante y el General José Luis Quintanar, entre otros, a la toma de la plaza de Querétaro. Con fecha 29 de junio de 1821, Agustín de Iturbide emitía en Querétaro un comunicado en el que expresaba propiamente la conclusión de la Guerra de Independencia.
El 29 de noviembre de 1821 en la plaza de San Juan Bautista se realizó una ceremonia cívica y popular para proclamar y jurar la Independencia Nacional. El 27 de San Juan del Río, municipio ubicado en el estado de Querétaro, tiene una rica y fascinante historia que se remonta a 400 años antes de Cristo. Los primeros habitantes fueron grupos Otomíes con ascendencia de Chupícuaro, quienes se dedicaban a la pesca, caza y recolección. En la orilla del río se han encontrado vestigios que indican el remoto asentamiento de esta cultura.
Los Otomíes, una de las culturas más antiguas de la Altiplanicie, descubrieron el maíz, el frijol, la calabaza y el maguey, lo que los llevó a agruparse en la región en torno al cerro Techimacit (hoy Barrio de la Cruz). Por la cañada que forma el lecho del río, construyeron sus casas formando el poblado que llamaron Iztacchichi-Mecapan, que significa tierra blanca de Chichimecas (hoy San Juan del Río), cuyo cacique era Mexici.
La colonización del Norte y el Occidente de la Nueva España comenzó en San Juan del Río, cuando el Capitán General de entradas, Don Nicolás de San Luis Montañés, encabezó un numeroso ejército de gente de Xilotepec, llegando a este lugar en la mañana del 24 de junio (“El mero día de San Juan”) del año 1531 para fundar un nuevo poblado: Pueblo de San Juan del Río, en nombre de Dios Nuestro Señor del Cielo y de la Tierra.
San Juan del Río se convirtió en paso obligado para quienes transitaban al Norte y Occidente del territorio de México, situación que le favoreció de manera importante ante el hecho de que todas las caravanas se detenían en este punto para descansar y abastecerse de provisiones. Esto, a su vez, propició el auge económico y social de la zona.
En el siglo XVI, Fray Sebastián de Aparicio promovió la construcción de un puente en la parte más angosta del río debido a las constantes crecientes que dificultaban el paso de las caravanas. Fue hasta principios del siglo XVII que, por orden del Virrey Don Diego de Velasco, se edificó dicha obra. En 1711 se construyó el magno puente que hoy se conoce como “Puente de la Historia”.
San Juan del Río también fue un escenario relevante para la causa de la insurgencia nacional durante la Guerra de Independencia. Desde aquí partieron al frente del Ejército Imperial de las Tres Garantías, con la asistencia del General Guadalupe Victoria, Anastasio Bustamante y el General José Luis Quintanar, entre otros, a la toma de la plaza de Querétaro. Con fecha 29 de junio de 1821, Agustín de Iturbide emitía en Querétaro un comunicado en el que expresaba propiamente la conclusión de la Guerra de Independencia.
El 29 de noviembre de 1821 en la plaza de San Juan Bautista se realizó una ceremonia cívica y popular para proclamar y jurar la Independencia Nacional. El 27 de septiembre de 1827 el ejército insurgente entró triunfalmente en la ciudad de México.
San Juan del Río, en los siglos XVIII y XIX, se destacó por la importancia de las haciendas en su desarrollo económico y social. Entre las más relevantes de la época, podemos mencionar a Lira, actualmente perteneciente al municipio de Pedro Escobedo, La Llave y Galindo.
El 5 de octubre de 1830, como resultado de su impresionante progreso económico y social, el Congreso Local otorgó a San Juan del Río el título de Villa. Años más tarde, en 1847, en el contexto de la guerra entre México y Estados Unidos de Norteamérica, el gobierno del estado le concedió el título de Ciudad al entonces Distrito de San Juan del Río.
Hacia 1855, la industria y el comercio experimentaron un importante auge. En aquellos tiempos, destacaban establecimientos y empresas como barberías, carpinterías, coheterías, curtidurías, fábricas de cerveza, herrerías, molinos de trigo, pailas de jabón, trapiches de algodón, panaderías, platerías, talleres de pintura, sastrerías, sombrererías, talabarterías, telares de lana y manta, talleres de rebozos, zapaterías y fruterías.
Asimismo, en este período, el desarrollo urbano de San Juan del Río se caracterizó por la construcción y ampliación de templos, puentes, calles y casas señoriales.
En 1863, durante su huida hacia San Luis Potosí, Don Benito Juárez García pernoctó en San Juan del Río. En 1867, Maximiliano de Habsburgo lanzó en esta ciudad una de sus últimas proclamas, en la cual exhortaba a la población a defender “la Independencia y el orden interior del país”. Posteriormente, en el Cerro de las Campanas, en la ciudad de Querétaro, era fusilado junto a los generales Miramón y Mejía.
En la última década del siglo XIX, San Juan del Río participó en el desarrollo ferroviario al tenderse la vía del Ferrocarril Nacional Mexicano. Además, años más tarde, la “Casa Redonda” se estableció en esta ciudad para la reparación de máquinas de vapor.
San Juan del Río ha sido una ciudad que ha vivido una rica historia, marcada por el desarrollo de las haciendas, el comercio, la industria y la construcción de importantes obras arquitectónicas, así como por la presencia de importantes figuras históricas en su territorio.
