La Semana Mundial de la Inmunización se desarrollará del 24 al 30 abril de 2015, con la finalidad de informar la importancia del uso de las vacunas para proteger a las personas de todas las edades contra ciertas enfermedades; el lema para este año es “Cierra la brecha de la inmunización”.
Se entiende por vacuna cualquier preparación que genera inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos, que puede ser una suspensión de microorganismos muertos o atenuados, o de productos o derivados de microorganismos.
Durante la vacunación se introduce una versión inofensiva del germen que actúa engañando al cuerpo, haciéndole creer que está siendo invadido por un agente infeccioso, por lo que el sistema inmunológico comienza a fabricar defensas (anticuerpos) contra dichos microorganismos.
Después, una memoria de esta invasión permanece, por lo que el sistema inmunológico puede reconocer y neutralizar rápidamente los agentes causantes de la enfermedad. Esa protección queda en nuestro cuerpo de forma permanente y se activan en caso de haber nuevo contacto con los agentes infecciosos.
Cuantos más niños y niñas se vacunen en una comunidad, menor es la probabilidad de que enfermen, al existir menos receptores de agentes infecciosos. A este tipo de vacunación se la denomina vacunación colectiva.
La inmunización busca, de forma primordial, la supervivencia infantil, a través de acciones de vacunación como:
Completar el esquema básico en los menores de cinco años.
Erradicar la poliomielitis, la difteria, el sarampión y el tétanos neonatal y controlar la tos ferina y las formas graves de la tuberculosis.
Reforzar la vigilancia epidemiológica mediante sistemas específicos de identificación, notificación y control inmediato de casos y brotes.
Impulsar la educación para la salud y participación comunitaria como mecanismos de apoyo para la prevención de las enfermedades que no se evitan con la vacunación.
Concretamente, se pretende fortalecer la inmunización sistemática para alcanzar la cobertura de vacunación; acelerar el control de las enfermedades prevenibles por vacunación con la erradicación de la polio como el primer hito; introducir vacunas nuevas y mejoradas; y fomentar la investigación y el desarrollo para la próxima generación de vacunas y tecnologías.