Casi un siglo está por cumplir la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Precedida de cruentas batallas, el documento recabó las demandas de justicia e igualdad de los pueblos oprimidos que ocupaban a lo largo y ancho el territorio nacional. En esta Carta Magna quedaron plasmadas de forma progresista muchas de las libertades y derechos sociales que hoy tenemos como nación. Derechos muy avanzados a su tiempo y que hoy resulta preciso reivindicarlos con más empuje que nunca.
Los cambios en el contenido de este documento rector han sido insalvables e impostergables. Las transformaciones sociales y los avances tecnológicos cada vez más vertiginosos que se viven en todo el mundo son aspectos que han obligado a reformar nuestra Carta Magna en diversas ocasiones. Lo que se ha buscado con ello es que nuestro país no se rezague y pierda competitividad respecto a los países del mundo, pero ¿será acaso que las reformas han logrado empujar al país hacía caminos de progreso y bienestar? ¿Será que bastan las reformas a nuestra Constitución para encontrar la justicia, igualdad, democracia y seguridad?
Lo cierto es que los postulados de justicia e igualdad pretendidas en la Constitución no han sido alcanzados a plenitud. La brecha entre los prominentes y los que menos tienen, no parece disminuir y los pendientes por abatir tal situación siguen siendo una asignatura que partidos políticos y gobierno, debemos seguir empujando de manera conjunta.
El ínfimo salario que percibe el grueso de los mexicanos, es fiel reflejo de una distribución desigual de los recursos, derivado de una mala implementación de las políticas sociales de los gobiernos federales, que han apostado por la inversión extranjera y se han olvidado de fortalecer el mercado interno. Es así, que nosotros como partido de izquierda, propondremos reformas consecuentes a la Constitución, siempre y cuando sean de carácter progresistas.
Nuestra vocación de partido progresista nos obliga a fijarnos objetivos y reformas que resulten en mejores condiciones de vida para el trabajador, para la madre soltera y para los adultos mayores. Además, que amplíe y mejore las oportunidades de estudio para los niños y jóvenes, pues solamente será de esta manera como podamos disminuir la pobreza, la desigualdad, la delincuencia.
El próximo 5 de febrero, es una fecha que no debe ser vista sólo como un acto conmemorativo. Es un recordatorio para todos los mexicanos, principalmente para quienes detentan el poder, a respetar la Constitución y las leyes que de ella emanan, pues en ello va implícito el grado de democracia en que nos encontramos. Y más aún, el respeto a nosotros mismos y a nuestros semejantes, lo cual nos lleva al fortalecimiento de las instituciones y a vivir bajo un verdadero Estado de Derecho.
El Partido de la Revolución Democrática, fue creado bajo las garantías y libertades que nuestra Constitución nos otorga. Ser contrarios a sus mandamientos, sería ser incongruente y no merecer la confianza del ciudadano. Por ello, nos erigimos como vigilantes de su cumplimiento y en constante búsqueda de su mejoramiento que lleve a su vez a satisfacer las demandas sociales de todos los mexicanos.