DIF Municipal y Centro Cultural de Tequisquiapan, colocaron un altar otomí como parte de la ofrenda por el día de los muertos.
Entre flores de Cempasúchil, papel picado, pan de muerto, y otros elementos, se realizó el altar otomí en honor al maestro Silvestre Pérez Bárcenas, quien por 25 años se dedicó a la cestería en el Centro Cultural de Tequisquiapan.
El altar de muertos se colocó en coordinación con el DIF Municipal y el Centro Cultural de Tequisquiapan en el jardín Miguel Hidalgo en centro del Pueblo Mágico, con la finalidad de preservar nuestras tradiciones y recordar aquellos que se nos adelantaron y que viven en nuestro corazón.
La Presidenta del DIF Municipal, Norma Mejía Lira, explicó que el altar es una ofrenda de nuestra cultura mexicana, en la cual se recuerda a las personas fallecidas, en donde los vivos reciben las ánimas de sus fallecidos; por ello es necesario que se encuentren todos los elementos necesarios para que su estancia sea placentera.
“Este día es diferente de otros años, es por ello que solo hicimos un único altar, para seguir recordando nuestras tradiciones y costumbres, por nuestros seres queridos que ya se nos adelantaron, pero que no mueren, siguen en nuestro corazón, y con este altar celebramos a nuestros fieles difuntos; no olvidemos seguir tomando las medidas sanitarias, estamos haciendo este esfuerzo en esta administración, y debemos tener el respeto de tomar la sana distancia, para que podamos seguir conservando nuestras tradiciones”.
Por su parte Cecilia Grillermoprieto Michaus, comentó que con el altar de muertos se busca que tanto los vivos como los muertos puedan compartir un momento de reunión.
“Hace un año hicimos 35 altares, esta vez por la pandemia solo colocamos uno muy especial, porque recordar es volver a vivir, eso busca el altar, estar cerca de nuestros seres queridos y dialogar con su recuerdo de vida, la ofrenda de muertos busca reencontrar a la persona fallecida a través de la memoria”.
En tanto el cronista del Pueblo Mágico, Jesús Landaverde Chávez, explicó los elementos que se colocaron en este altar otomí en honor al maestro Silvestre Pérez Bárcenas.
“Es el reencuentro de los seres vivos con los que ya se nos adelantaron, se colocaron elementos como: un arco adornado por flor de cempasúchil que se le conoce como la flor de muerto y símbolo de festividad; una hilera de veladoras que representa el camino para que las animas encuentren su casa iluminada; 7 escaños que representan los 7 pecados capitales como: lujuria, gula, avaricia, pereza, ira, envidia y la soberbia; representa el sincretismo de dos culturas la española y la prehispánica, la influencia que nos trajeron los españoles a México a promocionar la religión católica; se colocó la foto a quien le dedicamos el altar”.
Finalmente comentó que todos los demás elementos, como: los alimentos y bebidas que contiene el altar, es el festejo que al término de la recepción de las animas, se va a compartir con los familiares que estamos vivos, es el encuentro que desde siempre y a través del tiempo los antiguos mexicanos han festejado a nuestros muertos, el culto a los muertos.