Saber decir “no” a los hijos es protegerlos, afirma el pedagogo Gerardo Mendive
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México, 23 Ene (Notimex).- Las matemáticas y la ortografía son importantes en la formación de un niño, pero también lo son las habilidades que adquieran para conocerse a sí mismos, tener autocontrol, desarrollar autoestima, empatía, ser asertivos y resolver conflictos, capacidades que se adquieren tanto en la familia como en los centros educativos.
Los límites que se marcan a los menores de edad son determinantes para consolidar esas habilidades. La falta de ellos, dicen los especialistas, es abandono.
Gerardo Mendive, maestro en Investigación y Desarrollo de la Educación, explicó en entrevista que uno de los derechos de los niños es tener contención y orientación por parte de las personas adultas que los rodean, lo que significa poner límites. En ocasiones saber decir “no” es una forma de protegerlos, aseguró.
En entrevista, el pedagogo uruguayo que realizó estudios en el Instituto de Profesores Artigas en Montevideo, Uruguay, y en la Universidad Iberoamericana, México, comentó que los asuntos más importantes de la educación no se pueden evaluar: la autoestima, la capacidad de solidaridad, la capacidad de compasión del ser humano, su nivel de congruencia, su alegría respecto a la vida y su compañerismo, entre otros.
Agregó que quedó en el pasado, el que únicamente es importante la inteligencia académica porque, recordó a los clásicos, los principales problemas del ser humano no se resuelven solo con conocimientos.
En entrevista, en las instalaciones Impulso Pedagógico (IPM), institución que invitó al especialista para impartir una conferencia a padres de familia, mencionó que la educación es tan amplia y misteriosa en aspectos esenciales, que no se pueden evaluar en forma definitiva.
Consideró asimismo que la educación requiere límites y libertad. Una educación sin límites no es posible, porque lo que refleja es abandono; los niños y las niñas tienen derecho a tener adultos amorosos que los cuiden, acompañen, guíen y orienten.
La escuela, expuso, tiene la obligación y la responsabilidad de acompañar de la mejor manera este proceso de desarrollo.
Mendive apuntó que la educación en valores, que está de moda y que se relaciona con la libertad y los límites, no significa educar desde el discurso, sino básicamente desde lo que se está viviendo en el día a día.
“Me parece que la primera responsabilidad familiar es eso: padres amorosos y presentes, no hablemos de perfectos porque el ser humano no lo es, siempre vamos a tener terrenos de incongruencia, de contradicciones, pero sí estamos en un compromiso de crecimiento personal”, detalló.
Para el maestro en investigación y desarrollo de la Educación, en la escuela y en casa nunca pueden faltar dos cosas: el amor a la vida y la curiosidad, la motivación, esos proyectos de vida con los cuales uno va creciendo y se va desarrollando.
Así, es que puede darse el caso de que el exceso de estímulos (premios) inhiba el deseo y eso comienza desde que los niños son muy pequeños: hay que dar tiempo al descubrimiento y a promover su capacidad de asombro.
Para el experto, muchas de las respuestas en torno a los temas de la educación no son definitivas, sino acercamientos porque se trata de asuntos complejos. “Además, para ser honesto, desconfío de las respuestas simples a temas complejos. Me parece que son sospechosas”, aseveró.
Gerardo Mendive comentó que desde hace mucho tiempo se ha hablado de la estimulación temprana, pero enfatizó que es mejor denominarla oportuna, más que temprana, ya que da la idea de una competitividad de unos contra otros que ya comienza de pequeños y forma niños estresados.
En cambio, precisó, la estimulación oportuna es dar aquello en el momento en que lo va necesitando, de acuerdo a su crecimiento.
Sobre si es mejor buscar niños de diez que niños felices, apuntó que no hay una incompatibilidad entre felicidad, educación integral y calidad académica. “Lo que sí creo es que hay que tener cuidado con ciertos conceptos, por ejemplo el de felicidad total. No creo que una persona sea feliz de tiempo completo todos los días, sino que la felicidad es de a ratitos y se va construyendo de a momentos”, comentó.
El experto hizo un llamado a los padres a no abdicar de su compromiso amoroso y relató: el tema es que hay psicólogos que dicen que en nuestra sociedad nos encontramos con muchos niños huérfanos con padres vivos; hay ocasiones que es por trabajo y se entiende, pero se debe tener un tiempo mínimo de convivencia.
Estas obligaciones iniciales de la familia, son un ejemplo de cómo se resuelven los conflictos y ahí estamos educando: ¿cómo le hacemos frente a nuestras frustraciones cotidianas? y ¿cómo nos relacionamos unos con otros en el día a día?
Gerardo Mendive, quien también destacó la filosofía de la educadora, pedagoga y psicológoca italiana María Montessori, afirmó que “en lo que más confía es que cada quien esté atento a sus actos cotidianos, persista en sus aciertos y sea rápido y veloz para desarmar sus desaciertos”, en beneficio de las futuras generaciones.