Son 40 mil millones de pesos de cuentas inactivas o sin reclamar de personas de 70 años o más
En una maratónica sesión que resonó más por sus acaloradas discusiones que por la claridad de su propósito, la Cámara de Senadores ha dado luz verde al Fondo de Pensiones del Bienestar, en un movimiento que ha desatado una tormenta de críticas y acusaciones entre partidos. Mientras Morena celebra la aprobación como un triunfo para los trabajadores, la oposición clama que es un atraco a la luz del día de los ahorros de los mexicanos, justo en vísperas de elecciones. Con promesas de que las afores inactivas nunca perderán su derecho a reclamar, el escepticismo reina, alimentado por el fantasma de reformas pasadas que no han cumplido lo prometido. La confianza, parece, es la primera gran ausente en este nuevo esquema de pensiones.
La reciente aprobación del Fondo de Pensiones del Bienestar por el Senado de la República se tiñe de dramatismo y controversia, reflejando las profundas divisiones en nuestro espectro político. Con un acalorado debate que se extendió hasta la madrugada, la mayoría de Morena logró sacar adelante una reforma vista por algunos como una esperanza para mejorar las pensiones de millones, y por otros, como una maniobra para confiscar ahorros de trabajadores sin garantías de transparencia o equidad. Entre vivas a Sheinbaum y predicciones de triunfo para Gálvez, la reforma pasa ahora al Ejecutivo, dejando un rastro de promesas y preocupaciones sobre su implementación y verdadero impacto en los trabajadores mexicanos.
