Querétaro.- La Secretaría de Salud del estado de Querétaro exhorta a la población a mantener hábitos de vida saludables, como una adecuada alimentación y la práctica de actividad física, para evitar el sobrepeso y la obesidad, y por ende, enfermedades crónico degenerativas.
La nutrición, a lo largo de la vida, es una de las principales determinantes de la salud, del desempeño físico, mental y de la productividad.
El incremento de peso se produce cuando las calorías que se consumen (en las comidas y bebidas), superan a las calorías que se gastan (en el metabolismo basal, el efecto térmico de los alimentos y la actividad física). Inicia, generalmente, en la infancia y la adolescencia.
La manera como se evalúa el crecimiento normal de personas de entre 0 a 18 años, es por medio de las curvas de crecimiento establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que toma en cuenta la edad, la estatura y el género. Se valora el índice de masa corporal, a partir de los 5 años, con lo que se compara el peso y la talla de un niño con el promedio de la talla y el peso de niños o adolescentes sanos, de su misma edad y género.
La Secretaría de Salud en Querétaro ejecuta acciones de promoción de la salud nutricional – orientación alimentaria, evaluación y vigilancia del estado nutricional-, así como de prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de pacientes con sobrepeso y obesidad.
De acuerdo con el Sistema de Información en Salud, hasta noviembre de 2018, Servicios de Salud del Estado de Querétaro (SESEQ) contaba con 75 mil 783 menores de 5 años, en vigilancia nutricional, de los cuales 6 mil 245 (8.2%) contaban con algún grado de sobrepeso u obesidad.
Es imprescindible que la sociedad se involucre en la prevención del sobrepeso y la obesidad. La formación de hábitos saludables de alimentación y de actividad física se fomenta desde casa.
Algunas recomendaciones para prevenir la obesidad desde la infancia son:
– Establecer horarios de comida
– Realizar tres comidas fuertes y dos colaciones a lo largo del día.
– Integrar un alimento de cada grupo, en cada tiempo de comida fuerte: carne, cereales y verduras.
– Promover el consumo de frutas y verduras todos los días, ya sea como parte de las comidas o en las colaciones.
– Tomar agua simple y evitar refrescos y jugos embotellados.
– No pasar más de una hora y media sentado en casa.
– Practicar algún deporte o actividad física en casa.